Desde el año 2016, ha llegado aproximadamente 1 millón y medio de personas venezolanas a Ecuador huyendo del crimen desenfrenado, de la violencia política, de una economía que colapsa y de la escasez severa de alimentos y medicinas. Entre éstas, se encuentran personas LGBTQIA+ quienes enfrentan muchos riesgos que incluyen violencia ejercida por sus parejas íntimas (IPV, por sus siglas en inglés). Un análisis realizado en 2019 por CARE con 782 migrantes y refugiadas en Ecuador reveló que 50 por ciento de quienes habían sufrido discriminación y xenofobia, que se asocian con una mayor exposición a la violencia basada en género (GBV, por sus siglas en inglés), eran personas LGBTQIA+.
Para las refugiadas LGBTQIA+ en Ecuador, la violencia es constante y la ejerce el Estado, las autoridades de procuración de justicia y hasta los proveedores de servicios. El trabajo de investigación realizado por Women’s Refugee Commission (WRC) descubrió que las sobrevivientes LGBTQIA+ de violencia basada en género que enfrentan prejuicios por parte del personal de los proveedores de servicios, se abstienen de buscar apoyo cuando más se necesita y hasta podrían renunciar al apoyo que estarían en posibilidad de recibir, por evitar exponerse a esta discriminación.
La violencia ejercida por las parejas íntimas también es común; sin embargo, es menos probable que las sobrevivientes tengan acceso a servicios en casos de violencia ejercida por sus parejas u otros familiares. La pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación ya que las personas están confinadas en casa con los abusadores y el distanciamiento social las aleja de los sistemas de apoyo.
Los servicios de respuesta para las sobrevivientes de violencia ejercida por sus parejas íntimas son limitados e insuficientes, tanto para las personas venezolanas, como para las ecuatorianas. En el caso de las personas LGTBQIA+, incluyendo refugiadas LGTBQIA+, la situación es particularmente desafiante. Enfrentan muchas barreras para tener acceso a servicios, incluyendo la barrera de ser estigmatizadas. Hasta ahora, han estado completamente olvidadas cuando se trata de recibir asistencia en dinero en efectivo y cupones (CVA, por sus siglas en inglés) para ayudarlas a recuperarse de los incidentes causados por esta violencia.
WRC, CARE y Mujer & Mujer, junto con otras dos organizaciones locales, trabajan para que esta situación cambie. Esto es muy importante ya que la asistencia CVA, que cada vez es más común en contextos humanitarios, puede permitir responder oportunamente para satisfacer, de manera segura, las necesidades urgentes. Esta asistencia puede ayudar a las sobrevivientes de violencia ejercida por las parejas, a pagar los costos que deben solventar asociados con su escape de una relación de abuso, como son la renta, transporte, alimentos, atención médica y ropa.
Mediante el Financiamiento para casos de violencia ejercida por parejas íntimas de “Enhancing Learning and Research for Humanitarian Assistance (Elrha)”, nuestras organizaciones integran la CVA en los programas de asistencia para casos de Violencia Basada en Género y así poder apoyar a las sobrevivientes desplazadas y sobrevivientes ecuatorianas víctimas de violencia ejercida por sus parejas incluyendo a personas LGBTQIA+.
Ante la ausencia de servicios gubernamentales adecuados y consistentes, éste innovador proyecto trabaja con organizaciones locales de la sociedad civil. En lugar de crear programas paralelos para refugiadas, estamos ampliando la capacidad de los proveedores actuales, mejorando el acceso a los servicios para poblaciones desplazadas y grupos marginados como las personas LGBTQIA+.
El proyecto ha enfrentado varios retos en el camino. Para la organización local con la que trabajamos inicialmente para implementar el proyecto, fue difícil apoyar a mujeres lesbianas víctimas de violencia por parte de sus parejas. Creyó que hacerlo, iba en contra de su mandato de proteger los derechos de las mujeres porque en una relación del mismo sexo, “la persona que agrede y la sobreviviente son mujeres”. Además, su personal no estaba abierto a la capacitación en el tema de inclusión de personas LGBTQIA+.
Posteriormente se hicieron ajustes al proyecto para que las mujeres cis y sobrevivientes LGBTQIA+ de violencia de sus parejas, fueran atendidas por diferentes organizaciones capacitadas para satisfacer sus necesidades. Se estableció que, por lo menos, 10 por ciento de las 150 sobrevivientes de esta violencia, que eran el objetivo de apoyo del Proyecto, debía ser personas LGBTQIA+; sin embargo, las sobrevivientes LGBTQIA+ no se sentían seguras de revelar que eran víctimas de violencia de su pareja, por el estigma. Por otro lado, localizar a las personas LGBTQIA+ que estaban desplazadas, resultó ser particularmente retador.
La implementación del Proyecto terminó recientemente. Entre el mes de febrero y diciembre del año 2021, el programa apoyó a 150 sobrevivientes desplazadas y locales, con asistencia en dinero efectivo, de este número, 48 por ciento era migrantes y refugiadas y seis se auto-identificaron como LGBTQIA+.
¿Qué hemos aprendido de este proyecto?
- Es de suma importancia que las organizaciones con experiencia en personas LGBTQIA+ participen desde el inicio de la respuesta. El trabajo conjunto con organizaciones LGBTQIA+ ayuda a garantizar que los programas sean integrales, accesibles y seguros para la comunidad local y para las personas LGBTQIA+ refugiadas.
- Incluir actividades que facilitarán una acción conjunta de las participantes. Es decir, la participación de mujeres venezolanas y ecuatorianas, fue un componente importante del programa para ayudar a establecer redes de sobrevivientes que promuevan la resiliencia de sus integrantes.
- El acompañamiento por parte de las personas a cargo de los casos, para las sobrevivientes al recibir su dinero en efectivo, les ayudaba a sentirse seguras.
- Las personas que trabajan en los casos, deben analizar los objetivos de recuperación de las sobrevivientes así como los bienes y servicios que necesitan, ya que éstas son quienes están en mejor posición de saber la forma en que las transferencias de dinero en efectivo pueden ayudarles más a mejorar su protección.
- Establecer redes con fuertes articulaciones entre las actoras de la sociedad civil, ayudó a las profesionales a responder adecuadamente a los casos reportados por sobrevivientes, esto incluye dar referencias de los servicios que proporcionan otras organizaciones.
- Generar la confianza de las personas refugiadas y de las personas LGBTQIA+ de comunidades locales para resolver el estigma y lograr que denuncien los casos de violencia basada en género en un ambiente seguro y ético, fue clave para que decidieran acercarse y acceder a los
Para seguir avanzando, tomaremos lo aprendido y lucharemos para contar con programas similares en diferentes niveles: el nivel local, del país, regional y global. Las sobrevivientes de violencia ejercida por sus parejas no merecen menos, desplazadas o no, e independientemente de su orientación sexual, identidad y expresión de género. Esto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
El Fortalecimiento de la Respuesta a casos de Violencia Ejercida por la Pareja, para Migrantes y Refugiadas Mediante la Asistencia en Efectivo y Cuponese está financiado y cuenta con el apoyo del programa del Fondo de Innovación Humanitaria de Elrha (Humanitarian Innovation Fund – HIF, por sus siglas en inglés), un programa de financiamiento que mejora los resultados para las personas afectadas por crisis humanitarias mediante la identificación y cuidado de las soluciones más eficaces, innovadoras y escalables que comparten. El HIF de Elrha está financiado por la Foreign, Commonwealth and Development Office del Reino Unido. Elrha es una organización global de beneficencia que financia soluciones a problemas humanitarios complejos mediante investigación e innovación. Visite www.elrha.org para obtener más información.
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